
Si eres suscriptor de Starlink y puedes utilizarlo sin inconvenientes, lo mejor será mantenerlo en secreto ante tus vecinos. Así lo sugiere un nuevo estudio que revela cómo el servicio de internet satelital de Elon Musk pierde velocidad y confiabilidad a medida que más personas se conectan en una misma área.
La investigación dirigida por Sascha Meinrath, titular de la Cátedra Palmer de Telecomunicaciones en la Universidad Estatal de Pensilvania, determinó que Starlink podría volverse “prácticamente inutilizable” si tan solo 419 usuarios residenciales o empresariales se conectaran simultáneamente dentro de un área del tamaño de la ciudad estadounidense de Tacoma.
El equipo evaluó la capacidad de la infraestructura de Starlink, tomando como base las especificaciones de sus satélites V2. Cada uno ofrece aproximadamente una velocidad de descarga de 96 Gbps y una capacidad de carga de 6.7 Gbps, con cobertura aproximada de 63 millas cuadradas. Para el análisis, se consideraron dos escenarios hipotéticos:
- Ancho de banda dedicado: Este modelo supone que cada usuario cuenta con una porción garantizada de ancho de banda, sin compartirla con otros. Aunque ideal, esta opción es poco común en los servicios residenciales, debido a su elevado costo para el consumidor.
- Relación de contención estándar de 20:1: Es un enfoque más realista y frecuente en la industria, que asume que 20 usuarios comparten simultáneamente el mismo ancho de banda, aunque el tráfico se distribuye para evitar que los picos de uso ocurran al mismo tiempo.
Los resultados mostraron que Starlink podría no garantizar las velocidades mínimas de 100 megabits por segundo (Mbps) de descarga y 20 Mbps de carga en zonas donde haya más de 6.66 hogares conectados por milla cuadrada.
Estas limitaciones sugieren que el servicio funciona mejor en regiones rurales o con baja densidad poblacional, donde el número de conexiones simultáneas es reducido. Sin embargo, en áreas más densamente habitadas —incluso aquellas que no cuentan con servicios tradicionales de banda ancha— Starlink podría no ser una solución viable a largo plazo.
El rendimiento (y los contratos) de Starlink en duda
El estudio adquiere mayor relevancia si se consideran los multimillonarios contratos que la empresa ha suscrito con distintos gobiernos para ofrecer conectividad en zonas marginadas.
En el caso de México, Starlink obtuvo dos contratos tras una licitación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en noviembre de 2023. Estos convenios, con un valor conjunto de 3,331 millones de pesos, buscan acelerar el cumplimiento del programa federal ‘Telecomunicaciones e Internet para Todos’ (CFE-TEIT).
La colaboración se extenderá hasta diciembre de 2026. El primer acuerdo tiene un costo mínimo de 778 millones de pesos y un tope de 1,556 millones, y está enfocado en brindar acceso gratuito a internet en regiones remotas y de difícil acceso. El segundo contrato busca ampliar la cobertura de telefonía celular en comunidades sin conexión; su valor oscila entre 887 millones y 1,775 millones de pesos.
La facilidad con la que la red de Starlink puede saturarse, según la investigación, no solo pone en entredicho la viabilidad de cumplir los objetivos trazados en estos acuerdos gubernamentales, sino que también podría limitar la capacidad de la empresa para competir en futuras licitaciones, especialmente en mercados estratégicos como Estados Unidos.
Los hallazgos del equipo de Meinrath indican que Starlink probablemente no calificaría para participar en el programa BEAD (Broadband Equity, Access and Deployment), una iniciativa impulsada por el gobierno de Joe Biden para llevar internet de alta velocidad a zonas marginadas. Este plan contempla una inversión de 42,500 millones de dólares, distribuidos a gobiernos estatales para desarrollar infraestructura que garantice conexiones mínimas de 100 Mbps de bajada y 20 Mbps de subida. Aunque prioriza la fibra óptica, también permite tecnologías alternativas, incluso en etapa experimental.
Recientemente, Howard Lutnick, actual titular del Departamento de Comercio de Estados Unidos, anunció una “revisión rigurosa” del programa, al señalar que “no ha conectado a una sola persona a internet”, acusando que las fallas se deben a “mandatos progresistas, favoritismo hacia ciertas tecnologías y regulaciones excesivas”.
Algunos medios han especulado que las reformas impulsadas por Lutnick podrían beneficiar a la empresa de Elon Musk. The Wall Street Journal informó que Starlink esperaba recibir cerca de 4,100 millones de dólares bajo los lineamientos iniciales del BEAD, pero tras los cambios, esa cifra podría elevarse hasta 20,000 millones.
Aunque Meinrath aclara que su investigación se basa en escenarios hipotéticos, advierte que Starlink podría no ser apto para financiamiento público si su rendimiento disminuye considerablemente en zonas densamente pobladas. “Los estados deben realizar la debida diligencia antes de asignar fondos, para garantizar que se cumplan los estándares de servicio exigidos por la Administración Nacional de Telecomunicaciones e Información (NTIA) a través de programas como el BEAD”, concluye el estudio.