Uncategorized

Empresas empiezan a “contratar” inteligencias artificiales en lugar de humanos… pese a los resultados

Hasta el año pasado, los artículos sobre “ingeniería rápida” informaban de cómo esta profesión estaba muy cotizada y garantizaba salarios elevados. Como señala un reciente análisis de The Wall Street Journal, la situación ya ha cambiado drásticamente: comparado con abril de 2023, las búsquedas de empleos de “ingeniero rápido” en la plataforma Indeed se han desplomado más de un 80%, mientras que una investigación de Microsoft ha mostrado cómo este puesto es el penúltimo entre los nuevos roles que las empresas se plantean incorporar el año que viene.

Nada demasiado sorprendente: los sistemas generativos se están volviendo tan fáciles de usar que, dentro de poco, saber crear prompts y sacar partido a ChatGPT y otros se considerará un requisito básico para cualquier puesto de trabajo terciario (un poco como saber usar Office hace unas décadas).

Buenas noticias

Afortunadamente, hay algunas buenas noticias: la inteligencia artificial aún no es capaz de realizar satisfactoriamente las tareas que, de forma precipitada o centrándose únicamente en la reducción de costes, se le encomiendan. Así lo demuestra en lo sucedido en el seno de Klarna, la plataforma de “compra ahora y paga después” que, hace unas semanas, anunció que volvía a contratar humanos tras haberse pasado los últimos años despidiendo a más de 700 de ellos (el 10% de toda la plantilla) en nombre de la automatización.

Personas interpretando lenguaje de señas

La nueva tecnología de la empresa Silence Speaks, permite que, con inteligencia artificial, un avatar se comunique mediante lengua de señas. Esto proporcionará a las personas sordas y con problemas de audición un intérprete en su bolsillo.

Como explicó su CEO, Sebastian Siemiatkowski, la obsesiva búsqueda de la reducción de costes en la atención al cliente, alimentada por los avances de la IA, fue demasiado lejos y comprometió la calidad de la experiencia del usuario, lo que le llevó a dar marcha atrás.

Por otro lado, que la IA no esté preparada para trabajar de forma autónoma también lo confirman las declaraciones, reportadas una vez más por Merchant, de los redactores y traductores de Duolingo: “En primer lugar, el contenido generado por la IA es aburrido, mientras que Duolingo siempre se ha caracterizado por ser divertido y fuera de lo común”, relató uno de ellos. “En segundo lugar, la IA comete muchos errores, incluso donde cabría esperar que hiciera lo correcto sin falta. Incluso las herramientas basadas en IA disponibles para los usuarios de Duolingo Max (la versión de pago) se equivocan a menudo, sugiriendo correcciones erróneas o incluso utilizando el idioma equivocado”.

Al mismo tiempo, empiezan a surgir otros signos de insatisfacción. La integración de la IA en el lugar de trabajo, como hemos visto, no siempre produce los resultados deseados y a menudo se da de forma prematura en comparación con las capacidades reales de estas herramientas. Según una encuesta publicada por The Information, solo una quinta parte de las empresas que han integrado sistemáticamente modelos generativos están obteniendo resultados satisfactorios, mientras que hasta un 61% afirma que “el retorno de la inversión ha sido insatisfactorio”.

Hay datos que coinciden con las percepciones de los trabajadores, que al parecer obstaculizan la integración de la inteligencia artificial no tanto (o no solo) porque teman por sus puestos de trabajo, sino porque consideran estas herramientas como un obstáculo más que como un facilitador, debido precisamente a los decepcionantes resultados obtenidos (en comparación con sus expectativas).

artesano digital

La entrega de PROMPTING de esta semana nos enseña a aprovechar los beneficios de la nueva era del “artesano digital”, en la que usuarios crean sus propias herramientas digitales mediante la inteligencia artificial.

En parte, se trata de señales tranquilizadoras, que confirman que la inteligencia artificial aún no puede sustituir totalmente a los profesionales humanos y que, en todo caso, puede servir de asistente. Se trata de una buena noticia para quienes ya tienen una posición profesional bien establecida, pero desde luego no para los recién licenciados con los que empezamos y cuyas carreras suelen comenzar con tareas de subalternos y asistentes que ahora pueden automatizarse fácilmente.

Esta situación también corre el riesgo de aumentar la desigualdad, ya que una de las pocas formas de “saltar de categoría” es adquirir una formación profesional de alto nivel (máster, etc.), que obviamente es muy cara y está reservada a quienes pueden permitírsela. Aunque todavía es pronto, el panorama que se perfila es sombrío. Sólo queda esperar dos cosas: que —como algunos predicen— el progreso de la inteligencia artificial se ralentice y que la política, hasta ahora totalmente ausente, decida ocuparse de un asunto que corre el riesgo de convertirse en una bomba social en un futuro próximo.

Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Camila Enríquez.