
La situación arancelaria parece cambiar día a día, pero la única constante parece ser el aumento exorbitante del 145% aplicado a China. Aunque el presidente Donald Trump eximió de aranceles a un puñado de productos electrónicos, como smartphones, laptops y televisores, esa excepción no se aplica a otros aparatos procedentes de China, incluso si contienen una placa de circuito impreso en su interior, como es el caso de los juguetes sexuales.
Los fabricantes de juguetes sexuales suelen estar clasificados en la categoría de “masajeadores” o productos “para adultos” cuando se trata de importaciones y exportaciones, lo que significa que estas empresas se han visto obligadas a pagar un fuerte arancel sobre sus productos a partir del 9 de abril. Marcas como Dame, Unbound y Vibratex ya están notando los efectos y, si las cosas no cambian, es posible que algunas tengan que cerrar.
¿Y qué culpa tienen los dildos?
El CEO de Dame, Alex Fine, fue uno de los primeros en referirse públicamente al impacto a través de Instagram. “Hasta ahora, ya hemos tenido envíos que incurrieron en un aumento del 20%”, declaró Fine a WIRED. Dice que la compañía ha estado trabajando para minimizar cuánto pagan de más los clientes, pero tuvo que implementar un “recargo arancelario Trump” de 5 dólares en todos los pedidos. Un aumento del 54% en el costo de los bienes vendidos habría puesto a Dame en números rojos el año pasado. “Y ni hablar del 125%, ni siquiera voy a hacer ese cálculo”, agregó Fine. Eso fue antes de que Trump elevara el arancel al 145%.
Por su parte, Polly Rodríguez, CEO de la marca de juguetes sexuales Unbound, explica que un vibrador que antes costaba 30 dólares a la empresa ahora tiene un costo arancelario de 44 dólares, lo que eleva el total a 74 dólares. Los aranceles son ahora el mayor gasto de Unbound como empresa, por encima de las nóminas o la fabricación.
Algunas empresas se lo toman con calma, por ahora. “En Le Wand y b-Vibe estamos adoptando una postura comedida ante la situación arancelaria”, afirma Alicia Sinclair, directora general de COTR Inc., la matriz de ambas marcas. Agrega que, aunque sus productos se fabrican en China, los aranceles sin duda afectan los precios, por lo que han mantenido un inventario suficiente para darse tiempo de evaluar la situación con cautela.
El consenso entre muchas de las empresas consultadas por WIRED es que hay mucha incertidumbre en el aire, y los precios ya han subido. Samantha Marshall, responsable de marca y marketing de Smile Makers, afirma que la empresa de bienestar sexual femenino aumentó los precios, ya que los impuestos son demasiado elevados para que los minoristas los absorban en su totalidad. Por otro lado, Vibratex, la empresa matriz que distribuye la emblemática Magic Wand (Varita Mágica), trata más con minoristas que con clientes directos, y Ken Herskovitz, CEO de la compañía, asegura que cubrirá parte del aumento del costo al por mayor.
No solo perderás tu juguete favorito, la empresa podría quebrar
Si estos aranceles se mantienen, no solo significará gastar más dinero en juguetes eróticos, sino que posiblemente verás cómo tu empresa de juguetes favorita quiebra. “Hay dos cosas que ocurrirán sin duda: las pequeñas empresas quebrarán, ya que muchos de nosotros no podemos soportar un aumento de costos tan grande. Y aquellos negocios que puedan aguantar no tendrán más remedio que subir los precios, algo que ya estamos viendo”, asevera Rodríguez.
Al igual que Le Wand, Rodríguez afirma que Unbound tiene existencias, pero decenas de miles más están de camino a su almacén en Estados Unidos. Comenta que la empresa hará todo lo posible para limitar el impacto en los precios: “Unbound se construyó sobre la creencia de que los productos de bienestar sexual deben ser accesibles para todos. Nuestros productos siempre se han posicionado por debajo de los 100 dólares. Nuestro objetivo sigue siendo mantener ese umbral”.
Tanto Fine como Rodríguez señalaron cómo los aranceles afectarán más a las pequeñas empresas, ya que no tienen los recursos de las grandes corporaciones tecnológicas para obtener exenciones, aunque sean temporales. “Desde mi punto de vista, afectará más a las empresas fundadas por mujeres, porque muchas de ellas están relacionadas con la belleza y el bienestar”, concluye Fine.
Artículo originalmente publicado en WIRED. Adaptado por Alondra Flores.