Si el fundador de Tesla, Elon Musk, parece cada vez más distante del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tendrá sus buenas razones, por mucho que el magnate haya dado momentáneamente un paso atrás con sus aranceles.
Aranceles y tierras raras, o materiales que pueden no serlo, pero siguen siendo cruciales.
Uno de ellos se llama grafito, un componente esencial de las baterías de los autos eléctricos, sobre cuyo procesamiento China tiene prácticamente el monopolio mundial. Musk es muy consciente de que una guerra comercial con China tendrá, entre otras muchas, una excelente víctima: el mercado de autos eléctricos fabricados en Estados Unidos, del que Tesla (que ya está sufriendo una caída de ventas del 13% en el primer trimestre de este año respecto a 2024) es la gran abanderada. Entre otras cosas, porque China ya impuso fuertes restricciones comerciales al grafito, mucho antes de los aranceles de Trump: “Desde el 1 de diciembre del año pasado, por lo tanto antes de la aplicación de los aranceles estadounidenses, China ha restringido severamente la exportación de grafito para baterías: sobre este mineral, ya está en marcha una gran guerra comercial”, dice Lorenzo Di Donato, Director General de Alkeemia.
El grafito no es una tierra rara ni un material crítico, pero es fundamental en la construcción de motores eléctricos: “Las baterías eléctricas se componen de tres elementos: ánodo, cátodo y electrolito. El cátodo vale el 60-70% del valor económico de la batería porque contiene litio y otras tierras raras. Pero gracias a la tecnología, existen nuevos métodos para sustituir los minerales del cátodo. El ánodo y el electrolito, en cambio, siguen siendo los mismos. El electrolito es una pequeña parte, compuesta por aditivos que definen el rendimiento del motor. En cambio, el ánodo, que vale la mitad de la batería, está compuesto en un 90% de grafito“, explica Lorenzo Di Donato, Director General de Alkeemia, empresa dedicada a la química del flúor.
Hoy en día se utiliza principalmente grafito natural y no sintético porque hay una gran disponibilidad de este mineral. Por tanto, producirlo sintéticamente no tiene sentido: su procesamiento tiene un enorme impacto ambiental, además de un aumento de los costos. “En todo el mundo hay unos 2 millones de toneladas de grafito extraíble de las minas cada año en manos de los países occidentales, frente a una necesidad de alrededor de 1 millón para las baterías. Por esto, podríamos ser independientes como europeos y occidentales. La verdad es que no hay escasez de mineral: más bien hay un enorme vacío en la capacidad de purificar el grafito, para lo que se necesitan tecnología e instalaciones que hoy solamente existen en China. Y es precisamente en China donde se concentra el 97% de la producción mundial de grafito”, prosigue el CEO de Alkeemia.
El miércoles 9 de abril, en la histórica Scuola Grande di San Rocco, en el corazón de Venecia, la empresa italiana dirigida por Di Donato inauguró el foro de baterías Alkeemia 2025, un evento de tres días con profesionales y empresas líderes que operan en el ecosistema de las baterías. Entre los nombres estaban Iveco, Ferrari, Nio, Catl, Faam y Aac. El objetivo es fomentar el crecimiento del mercado europeo de baterías, creando conexiones estratégicas a lo largo de toda la cadena de valor y ofreciendo una visión en profundidad de los proyectos más relevantes en curso. El foro se estructura en torno a tres macrotemas cruciales para la industria de las baterías: electrolitos y aditivos, fabricantes de baterías y sostenibilidad, y las materias primas necesarias, con especial atención al grafito.
China les gana a todos
“China obtiene litio de Australia y cobalto del Congo, pero la diferencia en las baterías eléctricas la marca la capacidad tecnológica para procesar grafito. Ahora somos clientes de China, y Estados Unidos también“, explica el directivo.
Según Di Donato, lo que alarma a China es la investigación, en la que Europa avanza a pasos agigantados: “Si quieres hacer la revolución tecnológica del mañana, tienes que ser cliente de China. Lo que intentamos es traer tecnología a Europa, pero una tecnología completamente distinta a la de China. Porque en China utilizan ácido fluorhídrico para purificar el grafito, que es el método más eficaz. El material se empapa en este ácido, luego se lava y los residuos contaminados con ácido fluorhídrico se llenan de agua hasta que se baja el pH ácido. En nuestro país es ilegal siquiera pensar en ello; en China, sin embargo, es legal hacerlo. Ahora nuestra empresa está construyendo la primera planta piloto en Europa para procesar grafito de forma adecuada en términos de residuos, con vistas a la plena circularidad de los recursos utilizados”.
Aranceles y tierras raras
Una última reflexión se dirige en cambio a las prisas de Trump por acaparar tierras raras, desde Groenlandia a Ucrania: ¿es esto realmente lo que necesita Estados Unidos? “Todo proyecto minero sigue basándose en el desajuste entre lo que necesitas para que una inversión sea productiva y la disponibilidad real del material. Cualquier mina que se ponga en marcha ahora tardará entre cinco y diez años en ser económicamente rentable en comparación con la inversión inicial. Pero se necesitan estos materiales a partir de mañana, por lo que es estadísticamente imposible que Estados Unidos pueda prescindir de China para las tierras raras. Es imposible para el mundo occidental prescindir de las materias primas chinas, pensando en los próximos 2 o 3 años. Para algunas tierras raras se pueden encontrar alternativas, para otras no”, explica Di Donato.
Así pues, está claro que el tira y afloja en curso con China en estos mismos días, en los que los aranceles estadounidenses hacia el país del Dragón se han disparado del 34% al 104%, es una apuesta muy peligrosa para la cadena de empresas de estrellas y rayas implicadas en la transición ecológica. Empezando por la otrora primera de la clase en el sector mundial del automóvil eléctrico, Tesla de Elon Musk, hoy objeto de un boicot comercial por parte de particulares y mañana víctimas de una guerra de aranceles impuesta por el Comandante en Jefe a todo el mundo: incluido el deus ex machina del DOGE.
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.