
Aun así, las posibilidades entusiasmaron a Apple y a su entonces director ejecutivo, Steve Jobs. “Fue el último acuerdo de Steve. Estuvo involucrado en todas las etapas del acuerdo, negociando el trato y haciendo el seguimiento, asegurándose de que tuviéramos éxito en Apple después de que nos compraran”, explica a WIRED Tom Gruber, cofundador de Siri.
Sin embargo, otros ejecutivos de Apple pintan el panorama de un asistente digital muy defectuoso que nunca estuvo realmente a la altura del trabajo que Apple nos vendió. Siri funcionaba, pero solo dentro de silos funcionales muy limitados. “Lo que adquirimos fue una demo que funcionaría muy bien para un par de personas, pero no escalaría a nuestra base de usuarios… había muchas promesas detrás de la implementación original de Siri”, refirió el exejecutivo Richard Williamson al Museo de Historia de la Computación en una entrevista de 2017.
“¿Esta noción de IA? No era IA… era un problema. Es súper fácil engañar a Siri. No hay procesamiento del lenguaje natural (PNL), no hay contextualización de las palabras. Es solo coincidencia de palabras clave”, describe Williamson. Pero ahora, incluso con la IA, no se puede confiar en que Siri funcione realmente cuando se utiliza en el mundo real. La pregunta clave es: “¿por qué?” Puede que la tecnología de chatbot no esté totalmente madura, pero al menos está lo suficientemente extendida como para que los no tecnófilos la utilicen a diario en plataformas de la competencia.
Un factor de confusión: es probable que el enfoque de Apple no se acerque a la norma. Para que Alexa funcione lo mejor posible, hay que sentirse cómodo entregando grandes cantidades de datos, mientras que Sam Altman, de OpenAI, parece dispuesto a destruir categorías enteras de puestos de trabajo en aras del progreso. ¿Pero Tim Cook y Apple? Una imagen más limpia y positiva ha sido durante décadas parte del atractivo de la compañía, y eso incluye un enfoque muy claro en la privacidad.
“Hay una buena excusa para que Apple espere, y es si realmente consideras el valor de la privacidad y la administración de datos como un derecho sagrado”, reitera Gruber. Añade que si realmente lo consideran una prioridad absoluta, pueden encontrarse con conflictos de interés: “Si envían todas las consultas a OpenAI y le dan todo el contexto que la empresa necesita, probablemente podrían hacer más, pero entonces estarían renunciando a su garantía de privacidad.”
Por años, el enfoque de privacidad también se percibió como una razón por la que Siri nunca se sintió tan bien de usar como Google Assistant. Parecía menos inteligente, menos orgánica, literalmente sabía menos sobre ti. E independientemente de hasta qué punto eso era cierto, también es parte del problema en esta nueva Siri.
Una historia de dos mitades
La nueva Siri se basa en dos componentes principales: un gran modelo de lenguaje (LLM) que se ejecuta en el propio iPhone, y las consultas más complejas que se transfieren a OpenAI. Para ello, tendrás que dar permiso al teléfono.
Se calcula que los sistemas de IA de Apple en el iPhone constan de unos 3,000 millones de parámetros, mientras que algunas estimaciones sitúan el número de parámetros de GPT-4 de OpenAI en 1.8 billones, seiscientas veces más. A principios de 2025, DeepSeek saltó a los titulares como un modelo de inteligencia artificial más eficiente y ágil, pero sigue constando de 671,000 millones de parámetros.