La aseguradora HDI Global —filial del grupo alemán Talanx— anunció este 12 de marzo el lanzamiento de un portafolio de seguros ambientales diseñado para empresas mexicanas. La iniciativa busca responder a un vacío en el mercado: solo el 15% de las compañías en el país cuenta con coberturas específicas para riesgos ecológicos, según un estudio de 2024 de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).
Para Omar Mendoza, CEO de HDI Global México, la medida no es solo comercial, sino una respuesta a una urgencia estratégica: “Las empresas ya no pueden ver lo ambiental como un tema de filantropía. Hoy, la resiliencia ante desastres naturales, demandas legales o interrupciones operativas por contaminación define su viabilidad a largo plazo”, afirma.
El portafolio de HDI Global incluye coberturas para responsabilidad civil por contaminación, restauración de daños, interrupción de negocios y gastos legales. Sin embargo, su propuesta va más allá: busca posicionarse como un aliado en la transición hacia modelos ESG (Environmental, Social, and Governance), un criterio que hoy influye en el 68% de las decisiones de inversión en Latinoamérica, de acuerdo con un informe de Bloomberg (2025).
Jorge Martínez, analista de sostenibilidad en la consultora Ethical Business, explica: “Los inversionistas exigen planes concretos para gestionar riesgos climáticos. Una póliza ambiental no solo mitiga pérdidas; también envía una señal al mercado de que la empresa está preparada para crisis futuras”. Este enfoque es clave en industrias con alto impacto ecológico, como la manufacturera, energética y agroindustrial, que representan el 40% de la economía mexicana.
Pero los desafíos persisten. Solo el 30% de las pymes en México —que generan el 72% del empleo nacional— cuenta con recursos para implementar sistemas avanzados de gestión ambiental. “Ahí entra el rol de las aseguradoras: ofrecer productos accesibles que, junto con asesoría técnica, permitan a las empresas reducir vulnerabilidades”, añade Martínez.
El mercado de seguros ambientales en México, aunque incipiente, ya cuenta con actores como Chubb, pionero en coberturas contra desastres naturales desde 2018, y GMX Seguros, que en 2023 diseñó pólizas para mitigar riesgos en proyectos de energías renovables. Proventum Agente de Seguros, por su parte, se especializa en proteger a pymes manufactureras contra responsabilidad civil por contaminación, mientras que GNP lanzó en 2024 un programa de compensación por pérdidas agrícolas vinculadas a sequías.
¿Qué cubren estas pólizas y por qué son diferentes?
Cobertura transfronteriza: Protege a empresas mexicanas con operaciones en el extranjero, un factor crítico para exportadores en un contexto de estándares ambientales globales cada vez más estrictos.
Prevención proactiva: Incluye financiamiento para medidas que eviten daños, como sistemas de contención de derrames o monitoreo de emisiones.
Flexibilidad: Adaptación a sectores con riesgos específicos, como la minería (contaminación de acuíferos) o la construcción (manejo de residuos peligrosos).
Un caso emblemático es el derrame de químicos en el Río Santiago (2023), que generó multas por 500 millones de pesos y demandas de comunidades locales. “Incidentes como este pueden paralizar operaciones por años. Una póliza ambiental cubriría no solo la remediación, sino también la pérdida de ingresos durante el proceso”, detalla Mendoza.