
Si entraste en X o Bluesky la semana pasada, es probable que te haya arrastrado la avalancha de publicaciones sobre los aranceles recíprocos de Trump y el desplome del mercado bursátil. Y si sigues el sector tecnológico tan de cerca como WIRED, probablemente notaste quién no estaba publicando sobre aranceles: los propios CEO y directores que apoyaron a Trump el Día de la Inauguración en enero.
Jeff Bezos, Tim Cook, Sundar Pichai y Mark Zuckerberg han guardado silencio sobre el tema de los aranceles, aunque tanto Pichai como Zuckerberg han seguido publicando sobre inteligencia artificial. Mientras tanto, Elon Musk… bueno, ya hablaremos de eso.
El silencio es el ruido más fuerte
El silencio fue ensordecedor, teniendo en cuenta que los “siete magníficos” perdieron colectivamente billones de dólares en valor de mercado tras el anuncio de aranceles de Trump la semana pasada. Pero hay una fría lógica detrás de que estos líderes tecnológicos guarden silencio en público, especialmente los que venden hardware. EE UU se ha convertido en una nación muy volátil, en la que hay que tener en cuenta los caprichos del presidente antes de utilizar cualquier ficha política o hacer una declaración pública, especialmente en un entorno en el que esa declaración podría volverse irrelevante una hora después.
“La arena no deja de moverse el tiempo suficiente para hacer una declaración convincente”, explicó a WIRED un alto ejecutivo de comunicación que ha trabajado estrechamente con dos CEO de grandes tecnológicas.
En realidad, los ejecutivos de las grandes tecnológicas no guardan silencio: simplemente aguardan el momento para el gran retorno. Niki Christoff, estratega política de Washington DC y antigua ayudante del senador John McCain durante su campaña presidencial de 2008, dice que la mayor parte de la estrategia en torno a las normas comerciales, y las conversaciones con el personal de Trump, están ocurriendo a través de canales secretos en este momento: “Hay mucha marcación personal y se intenta llegar a acuerdos”.
Durante el primer mandato de Trump, Cook cultivó cuidadosamente una relación directa con el presidente para presionarlo en temas como el comercio y la inmigración. Cuesta creer que Cook no esté usando esa línea directa ahora. El CEO de Nvidia, Jensen Huang, que no asistió a la ceremonia de investidura, acudió la semana pasada a una cena de un millón de dólares en Mar-a-Lago. Poco después, la Casa Blanca retiró sus planes de aplicar controles a la exportación de algunos chips que Nvidia vende a China.
Los canales privados permiten a cada líder tecnológico presionar para obtener exenciones arancelarias específicas. Del tipo que beneficiarían a Nvidia, como políticas más indulgentes sobre las importaciones de semiconductores para unidades de procesamiento gráfico (GPU), que difieren de las que Apple podría estar solicitando, considerando la complejidad de su cadena de suministro y su dependencia de China. “Oponerse en general a los aranceles no sirve de nada si los líderes empresariales pueden obtener exenciones para sus propios productos”, señala Christoff.
Al mismo tiempo, según fuentes consultadas por WIRED, los CEO de las tecnológicas están dejando que las organizaciones comerciales como Business Roundtable, que representa a una serie de grandes empresas tecnológicas, incluidas Alphabet y Amazon, hagan parte del trabajo por ellos. El CEO de Business Roundtable, Joshua Bolten, emitió una declaración instando a la administración a “llegar rápidamente a acuerdos” con sus socios comerciales y aplicar “exenciones razonables”. Los ejecutivos de las big tech también han podido mantenerse al margen mientras banqueros como el CEO de JP Morgan Chase, Jamie Dimon, hacen afirmaciones públicas sobre el impacto negativo duradero de los aranceles en la economía, y mientras el multimillonario del fondo de cobertura Bill Ackman sigue tuiteando al respecto.
Algunos CEO no pueden guardarse los comentarios para sí mismos
El CEO de Amazon, Andy Jassy, cree que la vasta red de terceros vendedores de Amazon podría acabar repercutiendo el costo de los aranceles en los consumidores. La semana pasada, Satya Nadella, CEO de Microsoft, se sentó junto a Bill Gates y Steve Ballmer, ex CEO de Microsoft, en una entrevista con Andrew Ross Sorkin, de CNBC, quien le preguntó por los aranceles. Ballmer mencionó a Sorkin que “estudió economía lo suficiente en la universidad como para saber que los aranceles van a provocar cierta agitación”, y que la “perturbación es muy dura para la gente”.
Nadella se mostró más precavido y aprovechó el sondeo de Sorkin para promocionar la inteligencia artificial: “A corto plazo, lo veo y digo: pase lo que pase, ocurra lo que ocurra, por primera vez estamos suministrando lo que es esencial, un bien no duradero llamado inteligencia”. Y añadió que su segunda consideración ahora mismo es cuánta potencia de cálculo necesitará el mundo dentro de 25 o 50 años: “Quiero mantener esos dos pensamientos y luego dar un paso cada vez, y entonces, sean cuales sean los cambios geopolíticos o económicos, nos ajustaremos a ellos”.