
Si todo hubiera ido según lo previsto el 6 de marzo, ahora mismo habría una pequeña red 4G LTE en una minúscula zona de la Luna. La primera red 4G lunar de Nokia proporcionó conectividad a los vehículos exploradores como parte de la misión IM-2. El trabajo debía allanar el camino para Artemis III de la NASA en 2027, la primera misión tripulada a la Luna desde 1972, en la que Nokia y Axiom Space integrarán capacidades de comunicaciones 4G LTE en los trajes espaciales de los astronautas.
Desafortunadamente, el módulo de aterrizaje de Intuitive Machine, Athena, aterrizó de lado, similar al IM-1 original, además de a 250 metros de su lugar de aterrizaje previsto en el polo sur lunar. La orientación de los paneles solares, la dirección del Sol y las bajas temperaturas del cráter donde aterrizó contribuyeron a que Athena no pudiera recargarse. La compañía anunció el 7 de marzo que la misión concluyó rápidamente. IM-2 no fue la única nave que aterrizó recientemente en la Luna; a principios de esta semana, la Misión Blue Ghost 1 de Firefly Aerospace aterrizó con éxito.
Al llegar a la Luna
Aunque la red 4G de Nokia no pudo desplegarse como estaba previsto, la empresa sigue afirmando que “entregó la primera red celular a la Luna”, ya que “validó aspectos clave del funcionamiento de la red”. Dentro de Athena había varios instrumentos y rovers junto con la Network in a Box (NIB) de Nokia. En una entrevista en el Mobile World Congress 2025 (MWC), John Dow, director general de Sistemas de Comunicaciones Espaciales de Nokia Bell Labs, explicó a WIRED que NIB se compone de la radio, la estación base, el enrutamiento y el núcleo, todo integrado en un sistema compacto.
Según Nokia, la NIB se encendió con éxito: recibió órdenes y transmitió datos a la estación terrestre de Intuitive Machines en la Tierra. Todos los componentes del sistema funcionaban perfectamente, aunque solo estuvo en línea unos 25 minutos hasta que se cortó la corriente. La empresa planeaba realizar la primera llamada de móvil en la Luna con los vehículos exploradores, pero estos no estaban desplegados.
¿Qué debía ocurrir? Unas horas después del aterrizaje, y tras las comprobaciones del sistema, la puerta de Athena se habría abierto y sus vehículos de a bordo se habrían desplegado. Tras recorrer la superficie lunar, los vehículos extenderían sus antenas y se conectarían a la red. “Piénsalo como un vehículo conectado. Tiene equipos de usuario que hemos construido y que se conectarán con un enlace 4G a la red en una caja en Athena”, refiere Dow. Uno de estos vehículos era el Micro Nova Hopper, apodado ‘Grace’, de Intuitive Machines; diseñado para saltar a un cráter lunar en sombra permanente para tomar fotografías y lecturas, en busca de posibles signos de hielo de agua.
Nokia
Todos los datos recogidos se transferirían al NIB en Athena, que los transmitiría a la Tierra a través de un enlace ascendente por satélite de larga distancia. Según Dow, se suponía que los robots viajarían a menos de 2 kilómetros de distancia de Athena, alrededor de 1.9 kilómetros, que es la distancia a la que se soporta la conectividad de banda ancha. Si los controladores de la misión Lunar Outpost en Colorado enviaran órdenes a los robots, los datos viajarían a través del servicio de transmisión de datos directa a la Tierra de Intuitive Machine hasta Athena y se dispersarían a través de la red 4G.
Conexión en la Tierra como en el espacio
Aunque la red 4G LTE es la misma que en la Tierra, el sistema de comunicaciones de superficie lunar de Nokia se optimizó para los viajes espaciales, con varias redundancias para recuperarse de posibles fallos de hardware o electrónicos. Los componentes de Nokia se sustituyeron por materiales más ligeros siempre que fue posible. Por ejemplo, la empresa sustituyó un pesado filtro de cavidad por una solución basada en cerámica, reduciendo su peso cinco veces. También diseñó una solución de gestión térmica que gestiona “el exceso de calor por conducción y radiación”, ya que no puede utilizar la convección dependiente de la atmósfera que se emplea en la electrónica terrestre.
Este NIB 4G tenía una vida útil más corta de lo previsto, pero incluso si la misión hubiera tenido éxito, el NIB seguiría siendo de corta duración. De acuerdo con Dow, no estaba previsto que sobreviviera a la noche lunar, la misión IM-2 debía terminar en ese mismo momento, ya que las células solares del equipo no tendrían energía para alimentar los dispositivos. Para la misión Artemis III, la red y los módulos de los trajes espaciales se construirán para sobrevivir a las temperaturas extremas de la Luna, que pueden alcanzar los 250° (121°C) o los -208° F (-133°C).