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La quiebra de la gigante de baterías Northvolt golpea el mercado de vehículos eléctricos en Europa

El sueño europeo de competir con las gigantes asiáticas en el sector de las baterías eléctricas se hizo pedazos, la empresa sueca Northvolt está oficialmente en quiebra y se dividirá. Fundada en 2016 por los antiguos directores de Tesla, era considerada hasta hace poco la esperanza de Europa para producir baterías en el continente y apoyar la transición a los vehículos eléctricos. Una misión estratégica que le permitió captar inversiones por 13,000 millones, convirtiéndola en la startup mejor financiada de la Unión Europea.

Entre los principales inversionistas figuraban grandes nombres, el principal de ellos Volkswagen; seguido por Goldman Sachs y BlackRock, pero también instituciones de banca como Intesa Sanpaolo y el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Diversas compañías atestiguaban la confianza depositada en el proyecto industrial de Northvolt, a tal punto que la planta de Skellefteå, situada cerca del Círculo Polar Ártico en Suecia, se convirtió en el símbolo de las aspiraciones europeas de autonomía estratégica en el sector eléctrico.


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La CFE aporta el 16.4% de la energía limpia que se consume en México. Se espera que con el nuevo programa gubernamental y en conjunto con el sector privado, el porcentaje aumente a 38%.


¿Qué le ocurrió a Northvolt?

La quiebra de Northvolt sorprendió a los inversionistas dada la rapidez con la que se desencadenó; hace poco, la compañía había iniciado la construcción de dos nuevas plantas en Alemania y en Canadá, con el apoyo de generosos incentivos gubernamentales. Sin embargo, en 2024, la crisis del mercado de los autos eléctricos cambió por completo el escenario. La situación empeoró por problemas industriales y de gestión en la matriz de la empresa: la producción nunca despegó realmente, y seguía dependiendo de maquinaria y técnicos chinos.

A ello se sumó el preocupante déficit de liquidez y planes de expansión considerados demasiado ambiciosos. El golpe del fabricante alemán de automóviles BMW también fue fatal, pues canceló un contrato de suministro por un valor de 2,150 millones de dólares, dejando a Northvolt sin uno de sus clientes más importantes y de ingresos cruciales para su supervivencia.

En noviembre, tras reducir su plantilla de trabajadores en un 20%, la nueva dirección se apegó al capítulo 11 de la ley de quiebras, ya que la empresa tenía filiales en Estados Unidos. Esta medida permite bloquear temporalmente a los acreedores mientras se intenta un rescate, dando a la empresa unos meses para encontrar nuevos inversionistas. No obstante, a pesar de estos intentos, ni siquiera un préstamo de 5,000 millones de dólares concedido por la Unión Europea el año pasado fue suficiente para contrarrestar los retos a los que se enfrentaba la empresa.


Adaptador de carga Ford

Jim Farley, CEO de Ford, cuenta que todos los propietarios de un vehículo eléctrico Ford que cumplen los requisitos han recibido un adaptador que les permite cargar en las estaciones Supercharger operadas por Tesla.


El futuro de Northvolt fuera de Europa

Ahora corresponderá a un administrador nombrado por el tribunal sueco gestionar el proceso de venta de las actividades y activos de la compañía. Scania, el fabricante europeo de camiones y autobuses que fue el primer cliente de Northvolt, podría estar interesado en la adquisición. Las filiales de Northvolt en Alemania y Norteamérica no están incluidas en el procedimiento de quiebra, los proyectos en estos países continúan con normalidad.

La quiebra de Northvolt representa un fuerte golpe para Europa en su ambición de competir con los rivales asiáticos que dominan el mercado mundial. En la actualidad, los fabricantes europeos de automóviles obtienen sus baterías principalmente de empresas como LG Energy Solution y Samsung de Corea del Sur, así como de la Academia China de Tecnología de Vehículos de Lanzamiento (CALT, por sus siglas en inglés). La aspiración de Northvolt era abarcar el 25% del mercado de baterías para 2030, un objetivo de que ahora parece definitivamente truncado. Este fallo activa una alarma sobre las políticas industriales europeas en sectores maduros como el de las baterías eléctricas; perseguir a los campeones chinos está resultando extremadamente difícil.

Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.