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OpenAI invierte 12,000 millones en CoreWeave y aumenta la distancia con Microsoft

Poca gente había oído hablar de CoreWeave, una de las empresas emergentes más interesantes de Estados Unidos. Pero quizá deberíamos empezar por el principio. Hay turbulencias entre OpenAI y Microsoft. Según la agencia de noticias Reuters, la compañía de Sam Altman, creadora de ChatGPT, habría firmado un contrato de cinco años y 11,900 millones de dólares con CoreWeave, una empresa especializada en servicios de computación en la nube basados en procesadores gráficos (GPU) esenciales para el desarrollo de la inteligencia artificial. CoreWeave cuenta con Nvidia entre sus inversores y se espera que debute pronto en bolsa.

Los expertos del sector interpretan esta operación como una clara señal de la voluntad de OpenAI de reducir su dependencia tecnológica de Microsoft, que hasta ahora le proporcionaba la mayor parte de los servidores y la infraestructura en la nube necesarios para hacer funcionar sistemas como ChatGPT. Esta dependencia había colocado a OpenAI en una posición vulnerable: cualquier cambio en las políticas de Microsoft o ralentización en el suministro de recursos informáticos podría haber obstaculizado la capacidad de innovación de la empresa de Altman.

Según Reuters, el acuerdo prevé que OpenAI reciba acciones por valor de 350 millones de dólares como parte de la futura salida a bolsa de CoreWeave. Las acciones se transferirán en una colocación privada próxima a la salida a bolsa.

El anuncio, que tuvo lugar el lunes 10 de marzo de 2025, es aún más significativo si se tiene en cuenta que Microsoft es actualmente el mayor cliente de CoreWeave, generando el 62% de sus ingresos de 2024, que crecieron hasta los 1,900 millones de dólares desde los 228.9 millones del año anterior.

La batalla tecnológica

Las tensiones entre OpenAI y Microsoft no son nada nuevo, pero ahora parecen alcanzar nuevas cotas. A pesar de que Microsoft invirtió más de 10,000 millones de dólares en OpenAI en enero de 2023, la relación entre ambas empresas se caracteriza cada vez más por la competencia. Con este acuerdo, Microsoft había obtenido derechos exclusivos para utilizar las tecnologías de OpenAI, integrando sus modelos en los servicios en la nube Microsoft Azure y en sus aplicaciones como Word y Excel. A cambio, OpenAI había recibido recursos vitales para la investigación y el desarrollo: pero esta estrecha colaboración también hizo que OpenAI dependiera de Microsoft para la infraestructura necesaria para entrenar sus modelos.

Ya en enero, OpenAI había dado un primer paso para liberarse del ecosistema Microsoft con el acuerdo Stargate (en el que participaban grandes actores como SoftBank y Oracle) y que afectaba a la gestión de la nube. Hasta entonces, la empresa de Altman dependía totalmente de Microsoft Azure para el entrenamiento de sus modelos de IA.

Por su parte, sin embargo, Microsoft no se quedó de brazos cruzados. De hecho, si bien es cierto que OpenAI depende de Microsoft para la potencia de cálculo necesaria para entrenar sus modelos, no es menos cierto que Microsoft utiliza el modelo GPT-4 de OpenAI para impulsar su producto estrella de IA: Microsoft 365 Copilot. Por ello, la empresa de Redmond está acelerando el desarrollo de sus propias tecnologías para desafiar a OpenAI en el ámbito de los grandes modelos de lenguaje (LLM). La contratación de Mustafa Suleyman, antiguo cofundador de DeepMind y viejo rival de Altman, para dirigir la división de IA de Microsoft va en esta dirección. El nuevo equipo se puso a trabajar de inmediato en el desarrollo de sus propios modelos avanzados de inteligencia artificial, incluida la nueva serie “Mai “, cuyo objetivo es igualar el rendimiento de los principales modelos de OpenAI y Anthropic.

La carrera de las GPU es la clave del dominio de la IA

CoreWeave representa un objeto de ventaja estratégica en este desafío. La empresa opera 32 centros de datos con más de 250,000 GPU Nvidia, componentes clave para entrenar y ejecutar modelos de inteligencia artificial. Recientemente ha ampliado su flota con las nuevas máquinas Nvidia Blackwell, diseñadas para soportar sistemas de IA aún más avanzados y capaces de razonar de forma similar a los humanos. Para OpenAI, por tanto, el acuerdo con CoreWeave es crucial. Las GPU se han convertido en el patrón oro de la inteligencia artificial: quien controle el mayor número de ellas tendrá una ventaja competitiva decisiva. Altman se lamentaba recientemente en X de la escasez de GPU disponibles, un problema existencial para su empresa. Con este acuerdo, OpenAI obtiene un acceso privilegiado a una de las mayores reservas mundiales de potencia de cálculo y se emancipa aún más de Microsoft. Y no solamente eso: con una participación en el capital de CoreWeave, OpenAI también puede influir en las decisiones estratégicas del proveedor.

Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.