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Qué tan efectiva es la tecnología de conducción autónoma de BYD

BYD, el mayor fabricante chino de vehículos eléctricos, no solo ha presentado los niveles de su sistema avanzado de asistencia a la conducción (ADAS), sino que anunció la semana pasada que esta tecnología, comercializada con el poco modesto nombre de “God’s Eye” (Ojo de Dios), se incluirá de serie en 21 de los 30 autos de BYD repartidos en cuatro marcas.

Incluso el utilitario Seagull, de 9,500 dólares, el más barato de los vehículos eléctricos de BYD, se entregará con el nivel básico de God’s Eye sin costo adicional, mientras que el superauto eléctrico Yangwang U9, de 233,500 dólares, recibirá la versión superior. Sin embargo, el sistema ADAS de BYD podría ser tan engañoso como el Full Self-Driving (Conducción Autónoma Total, o FSD) de Tesla.

La inclusión gratuita del sistema ADAS no dejará indiferentes a los rivales más pequeños de BYD en el innovador pero despiadado mercado automovilístico chino. Toyota, VW y Nissan, que cuentan con un nivel tecnológico comparativamente bajo, podrían debilitarse aún más, y Tesla, que aún no ha obtenido permiso para el FSD en China, también podría pasar apuros.

La empresa automovilística de Elon Musk perdió temporalmente el título de mayor fabricante de vehículos eléctricos del mundo en favor de BYD el año pasado, y desde entonces la competencia ha sido feroz. En enero, BYD se situó a la cabeza del mercado chino de vehículos eléctricos, con una cuota del 27%, y Tesla, hasta entonces dominante, descendió a la sexta posición, con apenas el 4.5%.

El Ojo de Dios se basa en varias cámaras y sensores para ayudar a los conductores a estacionar, adaptar la velocidad de crucero y automatizar el frenado. Entre otras tareas, también puede aprender los hábitos de conducción de los usuarios y, supuestamente, predecir el tipo y el nivel de habilidad de un nuevo conductor que tome el control.

El multimillonario fundador y CEO de BYD, Wang Chuanfu, se cuidó mucho de no calificar el Ojo de Dios de ‘totalmente autónomo’, pero durante un fastuoso acto de presentación celebrado la semana pasada en la sede de la empresa en Shenzhen, presumió de que las funciones de conducción inteligente pronto serían tan omnipresentes como los cinturones de seguridad y los airbags.

A continuación, Chuanfu mostró un video promocional en el que aparecía un U9 haciendo un círculo sin conductor en el circuito internacional de Hunan Zhuzhou, antes de tomar las curvas a gran velocidad con los neumáticos chirriando, y de noche.

El Ojo de Dios

El God’s Eye es un ADAS L2+, similar al FSD de Tesla, y, por tanto, seguiría necesitando la supervisión de un conductor humano en una vía pública. Según la definición de la Sociedad de Ingenieros de Automoción (SAE), las fases de la conducción automatizada se miden en una escala de 0 a 5, en la que el Nivel 0 implica la ausencia de automatización de la conducción, hasta el Nivel 5, que es la automatización total.

L2+, que no es un término aceptado por la SAE, es utilizado por los fabricantes de automóviles para referirse a la progresión a través de los niveles. La parte “plus” se refiere a la conducción sin manos en el volante y con los ojos puestos en la carretera.