

El análisis muestra que las principales empresas del S&P 500, en su mayoría del sector tecnológico con inversiones en IA, presentan indicadores P/E considerablemente más altos que aquellos alcanzados por las firmas protagonistas del auge del internet hace 25 años.
Esto sugiere que los inversionistas están apostando de forma agresiva por las propuestas vinculadas a la inteligencia artificial de compañías como Nvidia, Microsoft, Apple, Google, Amazon y Meta, provocando un aumento desproporcionado en el valor de sus acciones. Esta tendencia ha generado una creciente desconexión entre el precio especulativo y las utilidades reales.
El riesgo de las inversiones especulativas en IA
El riesgo es claro: el buen desempeño del S&P 500 ha estado impulsado únicamente por este grupo reducido. Las otras 490 empresas que integran el índice han mostrado poco o ningún movimiento, dejando la estabilidad del mercado en manos de una minoría que aún enfrenta dificultades para entregar beneficios tangibles.
David Cahn, analista del fondo de capital de riesgo Sequoia Capital, anticipó este escenario el año pasado. Señaló que, para que la industria de la IA sea realmente rentable, debería generar alrededor de 600,000 millones de dólares en ingresos anuales. En un informe, advirtió que aunque las grandes tecnológicas han recaudado recursos millonarios para desarrollar infraestructuras cada vez más sofisticadas, su capacidad de generar utilidades mediante soluciones inteligentes no ha crecido al mismo ritmo, lo que compromete la viabilidad del negocio.
“Supongo generosamente que Google, Microsoft, Apple y Meta podrían generar individualmente 10,000 millones de dólares anuales en ingresos derivados de la IA. Estimo que compañías como Oracle, ByteDance, Alibaba, Tencent, X y Tesla tendrían capacidad para generar 5,000 millones cada una. Aún en ese escenario optimista, habría un déficit de más de 500,000 millones de dólares”, subrayó Cahn.
Durante 2024, el mercado global de la IA fue valorado en 638,230 millones de dólares. Las proyecciones de GlobeNewswire indican que podría alcanzar casi los 4 billones de dólares para 2034. Sin embargo, expertos coinciden en que los inversores que han impulsado este crecimiento acelerado tienen expectativas excesivamente optimistas respecto a los beneficios futuros de la tecnología, sin considerar que aún enfrenta numerosos desafíos regulatorios, problemas técnicos, altos costos energéticos y barreras para su adopción masiva. Nada de esto se ha resuelto por completo.
Cahn advierte que tanto empresas como inversionistas deben actuar con mayor cautela. En su estado actual, la tecnología no garantiza beneficios inmediatos ni sustanciales. Gran parte del capital se está destinando a soluciones aún en desarrollo, con promesas de ganancias a futuro. El analista concluye que, si no se moderan las expectativas, la burbuja financiera que se está formando alrededor de la IA podría estallar en cualquier momento.