
Si eres un entusiasta de los vehículos eléctricos (VE), la ley “One Big Beautiful Bill” (BBB, por sus siglas en inglés), impulsada por el presidente Donald Trump y los republicanos del Congreso, es cualquier cosa menos “hermosa”. La ley, firmada por el presidente el pasado fin de semana, elimina todo tipo de ayudas del gobierno estadounidense a los vehículos ligeros de emisiones bajas. Todo ello genera incertidumbre en una industria automotriz que ya lucha por mantenerse a flote en medio de un cambio radical.
Aun así, casi uno de cada cuatro compradores de vehículos en EE UU afirma que es “muy probable” que se plantee adquirir un VE, y un 35% dice que es “algo probable”, según una encuesta realizada en mayo por JD Power. Estas cifras no han cambiado desde el año pasado. Por eso, WIRED ha pedido a expertos sus consejos para navegar este momento incierto del sector automovilístico.
1| Opta por la electricidad
La nueva ley elimina la desgravación fiscal para vehículos eléctricos de hasta 7,500 dólares, poniendo fin a años de apoyo federal. Este programa estaba previsto hasta 2032, pero ahora expirará el 30 de septiembre. Esta ayuda adicional permitía que algunos de los eléctricos más accesibles, como el Tesla Model 3, 43,000 dólares, el Chevy Equinox EV, 37,000 dólares y el Hyundai Ioniq 9, 61,000 dólares, fueran más asequibles para quienes tienen presupuestos limitados.
Hasta finales de septiembre, algunos VE e híbridos enchufables nuevos aún podrán optar al crédito fiscal de 7,500 dólares. Los VE usados también pueden beneficiarse de un crédito de hasta 4,000 dólares. “Si estás interesado en un VE, deberías comprarlo ahora”, aconseja Joseph Yoon, analista de consumo en Edmunds.
Sin embargo, hay que tener en cuenta algunas consideraciones. No todos los vehículos ni todos los compradores son elegibles para los créditos fiscales. La elegibilidad depende de factores como el precio de venta, el lugar de ensamblaje del modelo y el origen de los componentes de la batería. Por su parte, los compradores no pueden tener ingresos superiores a 300,000 dólares anuales si están casados y declaran conjuntamente; 225,000 dólares si son cabeza de familia; o 150,000 dólares en el resto de los casos.
Además, es posible que los compradores estadounidenses encuentren buenas ofertas incluso después de que expire el programa fiscal. Para entenderlo, basta con observar cómo reaccionaron los fabricantes tras el aumento de aranceles a vehículos y autopartes impuesto por Trump esta primavera, otro factor que añade complejidad al panorama. Ante la presión, muchos fabricantes redujeron los precios. Tanto Ford como Stellantis ofrecieron “precios de empleados” para todos los compradores, y Nissan rebajó el precio de algunos de sus modelos más populares.
Ahora que los republicanos han puesto a los vehículos eléctricos en el centro del debate político, los fabricantes esperan “una avalancha de interés”, predice Nick Nigro, fundador de Atlas Public Policy, una firma de investigación y estrategia. Afirma que, en los próximos meses, esto podría dar lugar a “precios más agresivos”. Por lo tanto, quizá también convenga esperar unas semanas antes de llevarse un VE del concesionario.
2| Piensa en la recarga del VE
El proyecto de ley también elimina una desgravación fiscal que ayudaba a instalar cargadores de VE en el hogar. La buena noticia es que los compradores tendrán algo más de tiempo para aprovecharla: desaparecerá en junio de 2026. El crédito solo está disponible para quienes viven en zonas de bajos ingresos o no urbanas. Puedes verificar aquí si cumples con los requisitos; cubre el 30% del coste de la instalación, hasta un máximo de 1,000 dólares.
3| Entiende los recortes
También conviene entender cómo afecta la nueva legislación a todo el ecosistema del VE en Estados Unidos. Afortunadamente, la ley no elimina los créditos fiscales implementados durante la era Biden para los fabricantes, como algunos temían. Estos créditos han permitido reducir los costes para fabricantes de automóviles, baterías, y empresas mineras o procesadoras de minerales críticos, en un contexto de retos en producción, ingeniería y costos derivados de la transición eléctrica.
Son buenas noticias para el sector. Sin embargo, el nuevo proyecto introduce cambios en los requisitos de fabricación nacional para que las empresas puedan seguir accediendo a los créditos, lo que probablemente dificultará el cumplimiento para algunos integrantes de la cadena de suministro, advierte Kathy Harris, directora del programa de vehículos limpios del Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales. “Va a ser un reto seguir avanzando”, afirma.