
En esa misma línea, James Hairston, director de Política Internacional y Alianzas de OpenAI, recordó que la empresa abrió oficinas en México hace un año, impresionada por el uso que se hace aquí de la inteligencia artificial, tanto en la investigación como en la solución de problemas reales y complejos. “Para nosotros, México no espera el futuro: lo construye. Este encuentro es prueba de ello. No solo es un consumidor de tecnología, sino también un creador, un innovador y un líder en el desarrollo de soluciones para mejorar la educación, la agricultura, la salud, las políticas públicas y mucho más”, concluyó.
La coordinadora de la Investigación Científica de la UNAM, María Soledad Funes Argüello, dijo que la tecnología no es neutra, sino que “refleja y amplifica nuestras formas de pensar, nuestros lenguajes, estructuras sociales y prejuicios. Aprende de los datos que producimos como sociedad y, si no se desarrolla con responsabilidad ética, puede perpetuar o incluso agravar las desigualdades existentes”. Según la especialista, el papel de las instituciones académicas no es rechazar estas tecnologías, sino comprenderlas, aprovechar su potencial y, al mismo tiempo, estar preparadas para corregir el rumbo cuando sea necesario.
Recalcó además que la educación debe formar a las nuevas generaciones para interactuar con las tecnologías emergentes desde una conciencia ética, con mirada crítica y con un profundo sentido de responsabilidad ante los desafíos globales. Subrayó que los ejes del programa de trabajo del encuentro responden a esta visión: reflexionar sobre el futuro de la inteligencia artificial desde una perspectiva filosófica, técnica y social; fortalecer sus fundamentos científicos y tecnológicos mediante la colaboración entre instituciones; promover marcos éticos y normativos que garanticen la inclusión y los derechos digitales; y abrir espacios donde el arte, la sensibilidad y la imaginación también formen parte del debate.
Funes Argüello señaló que la UNAM ha comenzado a incorporar herramientas de inteligencia artificial en entornos pedagógicos como parte de su compromiso con la innovación educativa. Entre los ejemplos mencionó: “No se trata de sustituir la experiencia en el aula, sino de ampliarla. Tampoco buscamos formar usuarias y usuarios pasivos, sino personas con pensamiento crítico y autonomía intelectual. La universidad pública tiene la responsabilidad de marcar el paso hacia un futuro más justo, igualitario, plural y sostenible”, concluyó la universitaria.
La investigadora de OpenAI, Cassandra Duchan Solis, explicó que la firma colabora con gobiernos y grandes organizaciones en proyectos que aporten nuevas fuentes de información, lo que representa una oportunidad valiosa para explorar áreas de investigación únicas.
OpenAI, añadió, impulsa investigaciones con un enfoque académico y busca generar evidencia sólida sobre el impacto de sus tecnologías. Para ello, ofrece financiamiento, acceso a cuentas de GPT, retroalimentación especializada y recursos informativos para apoyar a investigadores y equipos interesados.