La actualización del diseño translúcido de Apple para iOS 26, llamada Liquid Glass, ya está disponible para los desarrolladores, con una beta pública prevista para el mes que viene. Se trata de la primera gran revisión de la interfaz de Apple en diez años, que hace que los íconos, botones, menús y ventanas emergentes de las aplicaciones parezcan hechos de vidrio esmerilado, con colores de fondo borrosos que se asoman a través de ellos.
Los profundos cambios de software no están dirigidos solo al iPhone. Este nuevo aspecto vidrioso, inspirado en el sistema operativo de los Vision Pro, acabará llegando a toda la gama de dispositivos Apple, desde los smartwatches hasta los iPads.
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Una vez concluida la keynote de la WWDC 2025, muchos desarrolladores centrados en diseño con los que habló WIRED, quedaron impresionados por la importante actualización, aunque mostraron dudas sobre cómo este estilo translúcido podría afectar la legibilidad para los usuarios. “Es difícil leer algunas cosas, principalmente porque creo que lo han hecho demasiado transparente”, comenta Allan Yu, diseñador de producto que está creando la aplicación de mensajería Output. Yu sugiere aumentar el desenfoque o ajustar los fondos para que los diseños en pantalla sean más legibles.
“Al igual que la primera beta de iOS 7, lo que hemos visto hasta ahora es tosco en los bordes y puede distraer o dificultar la lectura, especialmente para usuarios con discapacidad visual”, señala Josh Puckett, cofundador de Iteration, una firma que ayuda a startups con diseño de productos. Aun así, Puckett se muestra optimista: confía en que la legibilidad mejorará con el tiempo, basándose en el historial de Apple en funciones de accesibilidad.
Serhii Popov, ingeniero de software especializado en diseño en MacPaw, empresa responsable de CleanMyMac, tiene curiosidad por ver cómo se comportará el nuevo sistema operativo en las Mac bajo luz intensa, donde los reflejos ya afectan la visibilidad. Aun así, Popov está encantado con este aspecto “realmente fresco” de Apple: “Creo que hará que todo parezca más grande y facilitará la lectura o interacción con la interfaz de usuario”. Para él, el nuevo diseño y sus actualizaciones lucen especialmente elegantes en los iPads.
Más allá de los posibles problemas de legibilidad, la primera impresión de algunos diseñadores es que este nuevo estilo podría distraer innecesariamente a los usuarios. “Desde el punto de vista técnico, es un efecto impresionante. Aplaudo el tiempo y el esfuerzo que debe haber costado imitar la refracción y la dispersión de la luz hasta este nivel”, confiesa Adam Whitcroft, diseñador en Owner.com, que crea aplicaciones y sitios web para restaurantes: “Pero, por desgracia, no he visto ni un solo ejemplo en el que se haya conseguido integrar de forma coherente con el contexto más amplio en que se presenta”.
Whitcroft señala que la dispersión y refracción de las capas bajo las aplicaciones distrae visualmente, sobre todo cuando la interfaz cambia: “Si has diseñado una interfaz que desvía la atención del ojo respecto del contexto principal, vas en la dirección equivocada”.
